Es innegable el valor estratégico que hoy en día se
atribuye al control de la tecnología de la información, como factor decisivo
para el desarrollo económico de un país. El concepto Autopistas de la
Información denota de forma gráfica el carácter dinamizador de este
concepto. Se considera que, en un escenario a nivel mundial cada vez más
competitivo, el control de esta tecnología resulta vital, no sólo como elemento
catalizador en el sector industrial, sino como factor imprescindible para
asegurar elevados niveles de calidad de vida, al impactar decisivamente en
aspectos básicos de una sociedad, como son la enseñanza, la asistencia
sanitaria, la administración pública, el ocio y esparcimiento, etc.
Recientemente, la Unión Europea, a través del Libro
Blanco sobre Crecimiento, Competitividad y Empleo en Europa, ha
reconocido este papel decisivo de las Tecnologías de la Información en el
desarrollo de la sociedad del siglo XXI (sociedad de la información),
tratando, mediante el lanzamiento de programas de I+D (ACTS y Telematics for
RTD) de impulsar la capacidad tecnológica de la Unión frente a USA y Japón. Se
estima, en recientes estudios llevados a cabo por la CEC, que el personal en la
Europa comunitaria dedicado parcial o totalmente a actividades de I+D, en
entidades públicas y privadas, asciende a unos 700.000 profesionales,
segmentados por razones de su ubicación geográfica o por la falta adecuada de
recursos para el necesario intercambio de ideas y experiencias, es decir, del
conocimiento científico o tecnológico. Es quizás esta falta de coherencia en el
impulso tecnológico lo que está lastrando muchos de los esfuerzos industriales
europeos frente a sus competidores mundiales. Se considera, pues, que un
esfuerzo en aumentar ese grado de coherencia en el impulso innovador, podría
aumentar cuantitativamente, de forma muy significativa, la productividad
industrial. De ahí el caracter altamente estratégico atribuido a la tecnología
de la información, como medio indispensable para conseguir este objetivo.
Generalmente se reconoce un gran desarrollo de las
tecnologías básicas en materia de comunicaciones, propiciado, sin duda, por la
evolución de la micro- electrónica, la opto-electrónica y la tecnología
Software, por una parte, y el conocimiento y desarrollo de las técnicas de
procesado de la información e implementación de sistemas de comunicaciones, por
otra. Sin embargo, es en el área del desarrollo de aplicaciones telemáticas en
donde, comparativamente, la capacidad de evolución y crecimiento puede ser, a
corto plazo, mayor, y donde el impacto social puede producir mayores sinergias
a distintos niveles. Es por ello por lo que los programas, a nivel mundial en
curso, hacen especial énfasis en los aspectos de reutilización de las
tecnologías existentes, desarrollo de aplicaciones y realización de
experimentos que validen tales desarrollos, en presencia de usuarios, con
objeto de implantar tales tecnologías con un objetivo netamente pragmático: El
beneficio directo y contrastable de los sectores sociales implicados a los que
se dirigen los programas.
En España, en los últimos ocho años, y emulando las
directrices tecnológicas de los programas RACE I y RACE II de la CE, el
Programa Nacional de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones
ha basado sus objetivos técnicos en el desarrollo de tecnologías, sistemas y
arquitecturas, además de financiar proyectos integrados en estos contextos.
Como continuación de la estrategia de dicho Programa, es necesario plantearse
la reutilización y optimización de las tecnologías desarrolladas en el campo
telemático con objeto de llenar de contenido las autopistas de la
información, es decir, el desarrollo de aplicaciones y servicios
telemáticos avanzados que puedan ser usables por usuarios finales, poniendo a
su alcance recursos o información que mejoren los procesos actualmente
existentes. Tal estrategia resulta coherente con la esgrimida en el IV Programa
Marco de la CE y materializada en el Programa europeoTelematics for RTD,
actualmente en curso.
No obstante, además de las innegables ventajas de las que
pueden beneficiarse los distintos sectores sociales implicados en las
aplicaciones y servicios telemáticos avanzados, a corto plazo, las mayores
sinergias se prevén en el área de investigación y desarrollo en los sectores de
las telecomunicacionesa y la informática (es decir, la telemática), dadas las
características aglutinadoras y de eliminación de barreras físicas que supone
el adecuado aprovechamineto de estas tecnologías. En el campo industrial, el
impacto de la revolución de la información, va a ser doble: Por una
parte, los ciclos de desarrollo de productos van a acortarse, debido a la reutilización
de elementos y procesos y a la eficiencia de las nuevas herramientas de
control. Por otra parte, las estructuras productivas darán cabida a un número
creciente de pequeñas y medianas empresas que, adecuadamente dotadas de estos
recursos emergentes, van a poder competir eficientemente en subsectores
específicos de negocios.
Por último, hay que destacar el importante cambio en el
modelo de adquisición y difusión del conocimiento científico y técnico,
tradicionalmente aceptado, que el desarrollo de las nuevas tecnologías de la
información va a provocar, acortando los ciclos de aprendizaje y favoreciendo
el acceso a nuevos recursos a aquellos grupos de trabajo adecuadamente formados
y dotados de estos nuevos medios.
La utilización de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) ha abierto el paso a la denominación red
telemática para aludir al "tejido" o medio que la soporta: el de la
informá ;tica (almacenaje y procesamiento) y las telecomunicaciones
(transporte).
Aunque en la práctica no se puede separar el proceso de
tratar y difundir la información, existen dos espacios en los cuales estas
tecnologías tienen su aplicación. El primero, cuando una persona trata
información y cono cimiento en el ámbito individual, sin interacción, y el
segundo, cuando ésta se relaciona con otro actor.
El primer espacio es el de la informática y el segundo es
el de la telemática (palabra derivada de la contracción de telecomunicaciones e
informática), definida como "una amplia telaraña electrónica formada por
computadoras conectadas en redes que tiene a la información como el elemento
principal de su actividad, la cual transporta de manera económica y
multiescalonada, ofreciendo al usuario un uso interactivo al integrar espacio y
ti empo" (Cartier, 1992: 121) y que se ha convertido en un nuevo medio de
comunicación.
Los medios telemáticos se distinguen de los anteriores
porque además de que "la interconexión de todas las redes significa la
aparición de nuevas formas de transmisión y de intercambio de información (...)
estos permiten el acceso a un tipo de información antes no vehiculizado por
medio masivo alguno (la información-conocimiento o información-saber),
disponible en los bancos de datos interconectados" (Pineda, 1996: 63).
La integración del computador, las telecomunicaciones y
los sistemas audio-visuales se considera "el pilar fundamental de una
nueva revolución, denominada la revolución del conocimiento, porque está
generando transformaciones en los paradigmas convencionales de enseñanza-aprendizaje,
trabajo y comunicación" (Montilva, 1995: 1).
En tal sentido, el concepto de red telemática no se ha
mantenido imperturbable. Actualmente se observa la tendencia a equipararlo con
el de comunicación mediante computadoras (CMC) "con lo cual se enfatiza
que lo fundamental es la aplica ción de la herramienta para la
comunicación" (Pimienta y Liendo, 1993: 79), puesto que el concepto
designa al "uso de conexiones directas o remotas entre computadoras para
facilitar la comunicación entre personas distantes" . (Chacón, 1994: 101).
(Las negritas son nuestras).
Colombia
Los grandes avances que se han
producido en las tecnologías de la información y las comunicaciones han
propiciado que los tradicionales sistemas de telecomunicaciones se transformen
en sofisticadas redes que ofrecen una gran variedad de servicios telemáticos, los cuales
constituyen un soporte cada vez más indispensable para el desarrollo
tecnológico y por ende económico y social de los países y las regiones. Con el
fin de aprovechar las inmensas oportunidades que ofrecen estas tecnologías, es
necesario disponer de personal con formación avanzada en estas áreas.
Partiendo del principio de que el
conocimiento es una fuerza productiva de primer orden, y entendiendo que el
propósito fundamental de la Universidad es la generación de conocimiento, se
concluye que es un compromiso de ésta aprovechar las mejores mentes en el
desarrollo científico y tecnológico de su zona de influencia. Para lograrlo,
debe crear los ambientes propicios para vincular a los jóvenes más
sobresalientes como elementos fundamentales en este proceso productivo.
En
concordancia con lo anterior y como parte de las acciones encaminadas a
consolidar su capacidad de investigación en el campo de la ingeniería
telemática y lograr a través de esta disciplina un impacto efectivo en el
desarrollo social y económico de su entorno.
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